La culpa
El Corazón se sensibilizó, se rehusó y las ordenes no acató.
Don Cerebro por más que gritó éste no lo escucho, tomo la decisión y el error cometió.
La pequeña Lágrima apurada salió corriendo, y sus hermanas la imitaron cada cierto tiempo.
Las Manos no aguantaron, desconcertadas con pánico temblando se agitaron.
Don Cerebro se excuso, "la culpa la tiene el Corazón, él se enamoró".
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